Revista
Investigadores del Departamento ProMISE de la Universidad de Palermo han publicado una revisión exhaustiva en la revista científica Metabolites, titulada "The Role of Olive Oil in Cardiometabolic Risk", en la que se detalla el impacto del aceite de oliva, especialmente el virgen extra (AOVE), sobre diversos factores de riesgo cardiometabólico.
Componentes imprescindibles del aceite de oliva
El aceite de oliva, piedra angular de la dieta mediterránea (MedDiet), es una fuente principal de ácidos grasos monoinsaturados (AGMI), con un contenido de ácido oleico que representa entre el 70% y el 80% de su composición. Esta grasa saludable, junto con una matriz rica en compuestos bioactivos como polifenoles, tocoferoles y fitoesteroles, confiere al AOVE un perfil nutricional y funcional que ha sido asociado a una disminución significativa en el riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles.
Entre los componentes más estudiados destacan los polifenoles como la oleuropeína, el hidroxitirosol y el tirosol, conocidos por sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y vasoprotectoras. Estos compuestos han demostrado capacidad para modular parámetros como el perfil lipídico, la presión arterial y la función endotelial, elementos clave en la prevención de la aterosclerosis y la enfermedad coronaria.
Resaltando su papel en la salud
El estudio subraya los hallazgos de ensayos clínicos como el reconocido PREDIMED, que evidencian cómo la incorporación de AOVE en patrones dietéticos mediterráneos contribuye a una reducción estadísticamente significativa del riesgo cardiovascular y metabólico. De hecho, se observa una mejora consistente en marcadores como el colesterol HDL, la glucemia basal y los niveles de inflamación sistémica.
Asimismo, se destaca la diferencia entre las distintas calidades de aceite de oliva. Mientras el AOVE, obtenido por prensado mecánico en frío, conserva intactos sus compuestos beneficiosos, los aceites refinados, al ser sometidos a procesos industriales, presentan una menor concentración de antioxidantes y menor potencial bioactivo.
Variabilidad individual
Aunque la evidencia actual respalda de forma sólida el papel protector del AOVE, los autores advierten sobre la necesidad de considerar la variabilidad individual frente a las intervenciones dietéticas. Factores como la genética, el microbioma intestinal y los hábitos de vida pueden influir en la respuesta metabólica al consumo de aceite de oliva.
Principales conclusiones
En conclusión, esta revisión científica refuerza el papel del aceite de oliva virgen extra como un componente fundamental en la prevención del riesgo cardiometabólico, validando su inclusión en patrones dietéticos saludables como una herramienta accesible y eficaz en salud pública.