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Investigadores del Centro de Investigación e Innovación Agroalimentaria y Agroambiental (CIAGRO) de la Universidad Miguel Hernández (UMH) han evaluado el rendimiento agronómico y el impacto ambiental del uso de compost peletizado derivado de residuos de almazara como alternativa sostenible a los fertilizantes nitrogenados convencionales en el cultivo de trigo (Triticum turgidum L.) bajo condiciones de labranza convencional en un entorno semiárido del sureste español.
El estudio comparó tres estrategias de fertilización que aportaban una dosis equivalente de 150 kg N ha⁻¹: fertilización inorgánica (mezcla de MAP y urea), lodos de depuradora (SS) y pellets de compost orgánico (OCP). Se evaluaron indicadores como el rendimiento del cultivo, la calidad del grano, las propiedades biológicas y fisicoquímicas del suelo y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Equilibrio entre productividad y sostenibilidad
Tal como era previsible, el tratamiento con fertilizante mineral obtuvo los mejores resultados en términos de productividad y absorción de nutrientes, seguido por el OCP, que redujo el rendimiento del grano tan solo un 15 %, pero con mejoras notables en la actividad microbiana del suelo y una mayor respuesta enzimática, indicadores clave de salud edáfica.
Desde el punto de vista ambiental, los tratamientos orgánicos (SS y OCP) mostraron un aumento en las emisiones de CO₂ y N₂O respecto al control y la fertilización mineral. No obstante, el compost peletizado actuó como sumidero de metano (CH₄), una contribución relevante al balance neto de gases con efecto invernadero.
Compost de almazara
El compost peletizado de residuos de almazara (OCP) se posiciona como una enmienda orgánica de base biológica con capacidad para sustituir parcialmente los fertilizantes sintéticos, especialmente en sistemas de bajo o medio input. Además de su aporte nutricional, este material ofrece ventajas estructurales y funcionales: mejora de la estructura del suelo, aumento del contenido de carbono y estimulación de la microbiota edáfica.
Desde una perspectiva de sostenibilidad y en línea con estrategias como “De la granja a la mesa” de la Unión Europea, los investigadores destacan la importancia de optimizar el momento de aplicación del compost. Dado que la liberación de nitrógeno en enmiendas orgánicas depende de la mineralización microbiana, puede no coincidir con las fases de máxima demanda del cultivo, afectando especialmente el crecimiento inicial y el rendimiento final.
Evidencia a largo plazo
Los resultados respaldan la inclusión del compost peletizado en programas de agricultura climáticamente inteligente y cultivo de carbono, dadas sus contribuciones al secuestro de carbono y a la reducción de emisiones netas de GEI. Sin embargo, los autores insisten en la necesidad de ensayos multianuales que permitan analizar los efectos residuales de estas enmiendas y su estabilidad agronómica en diferentes condiciones edafoclimáticas.
Este tipo de soluciones basadas en residuos agroindustriales no solo aportan valor a subproductos del sector oleícola, sino que contribuyen a cerrar ciclos de nutrientes en la agricultura mediterránea, una prioridad en el actual contexto de transición ecológica.