Revista
Investigadores/as del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL, CSIC-UAM), en colaboración con la empresa Pharmactive Biotech Products SLU, han publicado en la revista Foods una revisión científica que examina en profundidad el papel modulador de los compuestos bioactivos derivados de la aceituna sobre la microbiota intestinal, y sus implicaciones para la salud metabólica, inflamatoria y neurológica.
Bioactivos del aceite de oliva como moduladores intestinales
La investigación recoge evidencias recientes sobre el efecto de polifenoles como el hidroxitirosol, la oleuropeína y el tirosol, así como triterpenos y secoiridoides, en la composición y funcionalidad de la microbiota intestinal. Estos compuestos han mostrado capacidad para favorecer el crecimiento de bacterias beneficiosas como Lactobacillus y Bifidobacterium, reducir taxones patógenos y estimular la producción de metabolitos clave como los ácidos grasos de cadena corta (AGCC), con efectos positivos en la integridad de la barrera intestinal y la homeostasis inmunometabólica.
Potencial terapéutico en el eje intestino-microbiota-cerebro
Además del impacto local en el tracto digestivo, los estudios apuntan a que estos compuestos también podrían modular el eje intestino-microbiota-cerebro, con efectos neuroprotectores y antiinflamatorios. Ensayos preclínicos y clínicos incipientes sugieren beneficios en trastornos metabólicos, cognitivos e inflamatorios, aunque los autores advierten de la necesidad de validar estos hallazgos en ensayos clínicos de mayor escala y duración.
Retos y oportunidades en la investigación translacional
Pese a su potencial, persisten desafíos importantes. La variabilidad interindividual de la microbiota, la falta de estandarización en las intervenciones y la escasez de estudios en humanos dificultan la extrapolación de los resultados preclínicos. Además, los modelos animales, si bien valiosos, no reproducen con precisión la diversidad genética, fenotípica y ambiental de las poblaciones humanas.
En este sentido, los investigadores abogan por una aproximación multidisciplinar, basada en herramientas de biología de sistemas, metabolómica y perfilado del microbioma, para entender mejor las interacciones complejas entre los compuestos bioactivos del aceite de oliva y el huésped humano.
La sinergia entre compuestos
Un aspecto especialmente relevante es el potencial efecto sinérgico de los distintos componentes del aceite de oliva cuando se administran de forma combinada. Aunque existen numerosos estudios centrados en moléculas individuales, como el ácido maslínico o el ácido oleanólico, los autores subrayan la necesidad de investigar cómo interactúan entre sí a nivel molecular, celular y sistémico, lo cual podría potenciar su eficacia terapéutica en intervenciones dietéticas o nutracéuticas.
Nuevos metabolitos microbianos en el punto de mira
La revisión también destaca que, además de los AGCC, otros metabolitos microbianos generados a partir de los polifenoles dietéticos —como ácidos biliares secundarios, neurotransmisores o derivados fenólicos microbianos— podrían jugar un papel clave en la regulación del metabolismo, la inmunidad y la función neurológica.
Hacia intervenciones personalizadas con base científica
La interacción entre los compuestos bioactivos del aceite de oliva y la microbiota intestinal representa una vía prometedora para el desarrollo de estrategias nutricionales personalizadas, con impacto potencial en la prevención y manejo de enfermedades metabólicas, inflamatorias y neurodegenerativas. Para traducir este conocimiento en aplicaciones clínicas y productos funcionales, será imprescindible avanzar en la integración de enfoques multiómicos y el diseño de ensayos clínicos robustos y bien controlados.