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A pesar de un contexto global de producción menguante y tensiones en el comercio internacional, España mantiene su posición como primer productor mundial de aceite de oliva, con una recuperación significativa de producción en la campaña 2023/2024 que alcanzó las 850.157 toneladas, tras el desplome del 2022/2023 (665.709 toneladas), cómo se señala en el Avance del Informe Anual de Indicadores 2024 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), España, en su 27ªedición 2024/2025, editada por Mercasa.
España cultiva cerca del 25% del olivar mundial, con más de 2,78 millones de hectáreas dedicadas a este cultivo, lo que equivale al 65% de la producción de la Unión Europea. Andalucía sigue siendo el epicentro de esta actividad, al concentrar más del 68% de la producción nacional en la última campaña, seguida de Castilla-La Mancha (12,7%) y Extremadura (8%).
Una recuperación moderada en un contexto de volatilidad
La sequía y las olas de calor redujeron la producción durante la campaña 2022/2023 un 58,6% en volumen, lo que se tradujo en un encarecimiento medio del 70,1% del precio del aceite. Esta situación impactó en la renta agraria, con una caída del 29,6% del valor del sector oleícola hasta los 2.494,7 millones de euros. Sin embargo, en la campaña 2023/2024, las condiciones climáticas permitieron una mejora relativa, aunque lejos aún de los niveles de campañas precedentes como 2021/2022 (1.493.000 toneladas).
Caída del consumo nacional y auge de las marcas de distribución
Durante 2023, el consumo doméstico se contrajo notablemente: los hogares españoles consumieron 285,6 millones de litros, con un gasto per cápita de 37 euros y un consumo medio de 6,1 litros por persona, el nivel más bajo en cinco años. El aceite virgen extra representó el 36% del volumen, pero concentró más del 41% del valor.
El alza de precios desplazó parte de la demanda hacia marcas de distribución (MDD), que en volumen alcanzaron una cuota del 56%, frente al 12,5% de las grandes marcas tradicionales.
Exportaciones en descenso, pero con mayor valor unitario
En el ámbito exterior, España exportó 684.500 toneladas de aceite de oliva en 2023, un 36% menos que en 2022, aunque con un aumento del 1,1% en el valor, alcanzando 4.148 millones de euros, lo que refleja una fuerte revalorización del producto. Las importaciones también descendieron hasta las 213.300 toneladas, valoradas en 1.131 millones de euros (+56,1%).
Un sector vertebrado por el cooperativismo y la calidad diferenciada
El sector oleícola español se compone de 400.000 olivicultores, más de 1.700 almazaras, 1.500 envasadoras y 22 refinerías, según la Interprofesional del Aceite de Oliva Español. El cooperativismo juega un papel esencial en la estructura productiva y comercial, siendo DCOOP y Oleoestepa actores destacados.
Además, las Denominaciones de Origen Protegidas (DOP) y otras figuras de calidad diferenciada consolidan el posicionamiento internacional del aceite español. Destacan nombres como Baena, Priego de Córdoba, Sierra de Cazorla, Estepa, Les Garrigues o Montes de Toledo, entre otras más de 30 denominaciones registradas.
Retos y oportunidades
El sector se enfrenta a varios retos: sostenibilidad hídrica, modernización de explotaciones, concentración de valor en origen, y fomento del aceite envasado frente al granel. A pesar de las tensiones en costes y de la caída de la demanda interna, la industria del aceite de oliva continúa siendo uno de los motores agroalimentarios más sólidos y con mayor proyección internacional.