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El sector oleícola italiano encara una nueva fase de crecimiento estructural gracias al impulso normativo y financiero incluido en el Proyecto de Ley Agrícola incorporado a la Ley de Presupuestos, que destina más de 300 millones de euros al desarrollo del Plan Nacional del Aceite de Oliva. Se trata de una medida largamente esperada por los productores y valorada como “una señal firme y estratégica para el futuro del sector”, en palabras de David Granieri, presidente de UNAPROL – Consorcio Olivícola Italiano.
“Con esta dotación sin precedentes, podremos activar todas las herramientas previstas en el Plan Nacional, en particular la plantación de nuevos olivares, pieza clave para la reactivación del sector y la mejora de la competitividad”, subraya Granieri.
Además de representar un respaldo económico tangible, la medida apunta a garantizar estabilidad, capacidad de inversión y visión a largo plazo en un sector clave para la identidad territorial y económica de Italia.
El Plan Estratégico de la PAC se abre al olivar italiano
El segundo gran avance para el sector viene de la mano de la reciente modificación del Plan Estratégico Nacional (PSP), que permitirá financiar nuevos olivares y renovar los existentes también dentro de los Planes Operativos de las Organizaciones de Productores (OP).
Hasta ahora limitados por una normativa poco flexible, estos planes podrán integrarse a partir de ahora con fondos procedentes tanto de los Programas de Desarrollo Rural como de los Programas Operativos, ampliando la capacidad de actuación de las OP de forma significativa.
“Esta actualización normativa es el resultado de años de trabajo. Ofrece a las OP un nuevo margen de maniobra para invertir en modernización, eficiencia y calidad productiva”, destaca Granieri.
Los nuevos ejes del liderazgo oleícola italiano
Desde UNAPROL se insiste en que estas dos medidas, complementarias y estratégicamente alineadas, abren una etapa sin precedentes para la olivicultura italiana. Por un lado, aportan solvencia financiera para reactivar la base productiva; por otro, permiten que las OP ejerzan un papel más dinámico en la reestructuración del tejido oleícola nacional.
El objetivo es promover olivares tecnificados, adaptados al cambio climático, y sostenibles tanto ambiental como económicamente. Un modelo de crecimiento que combine volumen, diferenciación y calidad, y que permita a Italia revalidar su papel de referencia en el mercado internacional del aceite de oliva.
“Invertir en el olivar no es solo una apuesta agronómica, es una decisión política para reforzar la economía verde, proteger el paisaje y generar empleo en las zonas rurales”, concluye Granieri.