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La Junta de Andalucía ha puesto en marcha una nueva campaña de inspección en el sector hostelero, con especial atención al uso indebido de aceiteras rellenables. Esta medida responde a la presión ejercida por la Interprofesional del Aceite de Oliva Español, que denunció el elevado grado de incumplimiento de la normativa vigente.
Según ha anunciado la Dirección General de Consumo, los controles se llevarán a cabo en al menos 900 establecimientos de hostelería entre abril y diciembre de este año. Uno de los focos clave será el uso de envases no reglamentarios para el aceite de oliva y orujo de oliva, práctica expresamente prohibida desde hace una década.
La normativa obliga a que los aceites se sirvan en envases etiquetados, irrellenables y con sistema de cierre inviolable, con el objetivo de garantizar la trazabilidad y calidad del producto, así como proteger al consumidor.
El anuncio se produce tras la reunión entre Pedro Barato, presidente de la Interprofesional, y Ramón Fernández-Pacheco, consejero andaluz de Agricultura, quien se comprometió a reforzar la vigilancia: "La norma está ahí y ahora es deber de todos que se cumpla. Desde luego, la Junta será diligente", afirmó.
Control integral en hostelería
Además del control sobre aceiteras, la campaña revisará el cumplimiento en otras áreas como:
En 2024, la Junta realizó 1.451 actuaciones en 798 locales, resultando en 800 expedientes de inspección, con una tasa de incumplimiento del 18,7%. Las infracciones más comunes fueron la ausencia de hojas de reclamación y la falta de información visible sobre precios y servicios.
Apoyo del sector productor
La Interprofesional del Aceite de Oliva Español ha celebrado esta decisión como un paso necesario para reforzar la legalidad, proteger al consumidor y defender al productor. La acción se enmarca también dentro de su campaña de sensibilización pública ¿Peeerdona?, lanzada en enero, que denuncia prácticas ilegales en la comercialización de a