Revista
El laboreo, entendido como la preparación mecánica del suelo, sigue siendo la práctica agrícola más extendida en los olivares de la Comunidad de Madrid. No obstante, esta técnica tradicional presenta importantes efectos adversos sobre el ecosistema agrario: erosión, pérdida de materia orgánica y compactación del perfil edáfico, lo que conduce progresivamente a una degradación de la calidad del suelo. Frente a este escenario, el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) impulsa el proyecto RIEFOLI-2, con el objetivo de identificar alternativas sostenibles que mantengan la productividad del olivar sin comprometer la salud del suelo ni los recursos hídricos.
Diseño experimental
El estudio se lleva a cabo en un olivar intensivo de la variedad Cornicabra, en el que se analizan los efectos combinados de distintas estrategias de manejo del suelo y niveles de riego sobre la sostenibilidad agroambiental, la producción y la calidad del aceite de oliva virgen (AOV), así como la rentabilidad económica del sistema. El diseño experimental contempla cuatro tipos de manejo del suelo: laboreo convencional, cubierta vegetal permanente, cubierta vegetal anual y un sistema de control sin intervención mecánica. A su vez, se aplican cuatro regímenes hídricos diferenciados: secano, riego completo, riego deficitario y riego de soporte.
A lo largo del ciclo del cultivo, se evalúan parámetros clave relacionados con los servicios ecosistémicos del suelo. Entre ellos, destacan las propiedades físico-químicas (estructura, humedad, contenido de materia orgánica), biológicas (actividad microbiana, biodiversidad) y funcionales (capacidad de retención hídrica y secuestro de carbono). Paralelamente, se analiza el impacto de las prácticas sobre el estrés hídrico de los olivos, el rendimiento por hectárea y los atributos físico-químicos y sensoriales del AOV producido.
Sostenibilidad y adaptación al cambio climático
En el actual contexto de cambio climático, caracterizado por largos periodos de sequía e incremento de la evapotranspiración, la eficiencia en el uso del agua y la conservación del suelo son elementos prioritarios para garantizar la sostenibilidad del cultivo del olivar, especialmente en zonas de clima semiárido como el centro peninsular. Por ello, uno de los ejes del proyecto es identificar modelos de manejo agronómico que maximicen los beneficios productivos y ecológicos, al tiempo que reduzcan los costes operativos y mejoren la resiliencia del sistema ante condiciones climáticas extremas.
Transferencia al sector olivarero
Además del componente científico, RIEFOLI-2 integra un plan de transferencia activa al sector olivarero, mediante la organización de jornadas técnicas, elaboración de publicaciones científicas y materiales divulgativos dirigidos a técnicos, agricultores y responsables de políticas agrarias. El objetivo final es facilitar la adopción de prácticas más sostenibles por parte de los productores, contribuyendo así a la transformación del modelo olivarero hacia uno más rentable, eficiente y respetuoso con el medio ambiente.