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El Grupo Viñaoliva es la cooperativa de segundo grado que más factura en Extremadura, y su propósito va más allá de los números: defiende una agricultura con identidad extremeña, garantiza el futuro del sector de la viña y el olivar, y trabaja para que el valor generado se quede en casa, impulsando el desarrollo económico y social de la región.
Esta cooperativa es mucho más que la de segundo grado que más factura en Extremadura o una de las principales a nivel nacional. Las cifras están ahí, pero para el Grupo, son solo un medio, no un fin.
Viñaoliva nació de algo simple pero poderoso: la confianza entre personas.
Agricultores y agricultoras que creen que, a través del cooperativismo bien organizado y del trabajo profesional, pueden ser más que una gran empresa referente en el sector. Pueden pensar juntos, adaptarse al mercado y planificar sin dejar de ser extremeños con un proyecto común que apuesta por el campo como opción de vida.
Hoy, el Grupo Viñaoliva ha demostrado que es posible unir muchas cooperativas bajo un mismo proyecto sin perder identidad, pero ganando fuerza. Así, el producto del campo extremeño se defiende con honestidad y compite de tú a tú con las mayores potencias agrícolas del mundo.
La importancia actual de la aceituna de mesa
Actualmente, la sección de aceituna de mesa representa la tercera actividad en volumen dentro del conjunto agroindustrial del Grupo Viñaoliva, por detrás del vino y la almazara. Su peso ha variado según la coyuntura del mercado y en 2024 este ajuste ha sido evidente.
Aun así, sigue siendo una línea estratégica dentro del Grupo, sobre todo por su capacidad para dar estabilidad y alternativas de comercialización a cooperativas y agricultores comprometidos con este cultivo.
El modelo de Viñaoliva, que ya roza los 200 millones de euros de facturación global, demuestra que es posible estructurar soluciones sólidas también para la aceituna de mesa desde Extremadura, trabajando en grupo y apostando por mercados de valor.
Nuevos cultivares de aceituna de mesa
El 95% de la aceituna de mesa que se trabaja en Viñaoliva es de variedad Manzanilla, procedente de olivar tradicional de secano, parte del paisaje agrario histórico de Extremadura. No obstante, se están introduciendo otras variedades como Hojiblanca, y el Grupo está abierto a incorporar cualquier cultivo que aporte valor al agricultor.
La prioridad es apoyar al socio en la rentabilidad de su explotación, especialmente en el olivar tradicional, milenario o centenario. Así, más allá de la variedad, Viñaoliva impulsa el cultivo de la aceituna de mesa como herramienta para fijar población y mantener vivo un modelo agrícola sostenible y propio de la región.
Tienen disponible el artículo para su lectura completa en el número 201 de Óleo.