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La agricultura regenerativa, una tendencia en expansión en Europa gracias al compromiso de productores individuales, requiere una visión sistémica para consolidarse a gran escala. En esta línea se sitúa Navarra 360º, un proyecto piloto de referencia europea que busca integrar a toda la cadena agroalimentaria —desde el productor hasta la industria— para promover un modelo agrícola más resiliente, productivo y sostenible.
En su primer año de implementación, Navarra 360º ha logrado incorporar a 15 explotaciones cerealistas, sumando más de 1.500 hectáreas. Se prevé que otros 19 agricultores se sumen próximamente, en el marco de un plan que pretende alcanzar a 80 productores y transformar un total de 3.200 hectáreas de cultivos extensivos.
Un consorcio europeo y una visión integral
La iniciativa está liderada por el consorcio europeo EIT Food, junto a empresas clave del sector como Alpro, Cargill, Danone Ecosystems e Intermalta, y cuenta con el respaldo institucional del Gobierno de Navarra. Su diferenciación respecto a otros modelos europeos de agricultura regenerativa radica en la implicación de toda la cadena de suministro: productores, cooperativas, industria, centros tecnológicos, entidades financieras y administraciones.
Con una inversión inicial de 2,5 millones de euros en tres años, el proyecto estudia más de 60 indicadores técnicos, ambientales, sociales y económicos para medir el impacto real de las prácticas regenerativas. Entre los cultivos incluidos en esta primera fase figuran trigo, cebada maltera, avena, colza y girasol.
Capacitación práctica para el cambio
Uno de los ejes clave de Navarra 360º es la formación especializada. Durante mayo, se celebrarán tres jornadas teórico-prácticas para acompañar a los agricultores en la transición:
Además, están previstas nuevas sesiones formativas en septiembre, en Garinoain y en el campus de El Sario-UPNA, en Pamplona.
Un modelo que quiere escalar y replicar en Europa
Desde 2020, EIT Food ha formado a casi 2.000 agricultores en agricultura regenerativa en el sur y este de Europa (España, Italia, Grecia, Portugal, Bulgaria, República Checa, Polonia, Eslovaquia, entre otros). Navarra 360º pretende ser un modelo replicable a nivel europeo una vez finalizado el piloto en 2027.
Los objetivos ambientales del proyecto son ambiciosos: reducir en un 20% el uso de fitosanitarios, un 40% los fertilizantes minerales y hasta un 30% las emisiones de CO₂. A ello se suman beneficios intangibles como la mejora del conocimiento, la divulgación entre actores del sistema agroalimentario, y la exploración de nuevos esquemas de financiación e incentivos.
Apoyo institucional y empresarial para una transición sistémica
Organizaciones como ENHE, UAGN y UCAN juegan un papel clave en la movilización del sector, al igual que el respaldo del Departamento de Agricultura del Gobierno de Navarra, que ve en este modelo una oportunidad para construir un sector primario más sostenible y competitivo.
“Mejorar la salud del suelo significa mejorar la productividad agraria y su resiliencia frente al cambio climático”, destaca Begoña Pérez Villarreal, directora de EIT Food para el sur de Europa.
“Asesorar, medir y divulgar son pilares esenciales para que el modelo regenerativo sea viable, no solo ambientalmente, sino también social y económicamente”, añade Amparo San José, Senior Regional Business Creation Manager de EIT Food.