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El Consejo de Ministros ha aprobado la nueva norma de calidad de los aceites vegetales comestibles, una revisión integral de la reglamentación técnico-sanitaria que permanecía sin actualizar desde 1983. Esta modificación supone un avance clave para la competitividad del sector y responde a la necesidad de alinear la normativa nacional con los estándares y demandas actuales del mercado europeo.
Apertura a nuevas materias primas autorizadas en la UE
Una de las principales novedades es la ampliación del catálogo de materias primas permitidas para la elaboración de aceites vegetales. Hasta ahora, la producción en España se limitaba a ocho tipos refinados (soja, girasol, cacahuete, algodón, germen de maíz, colza, cártamo y pepita de uva). Con la nueva norma, se autoriza la elaboración de aceites a partir de cualquier fruto o semilla aprobado para uso alimentario en la UE, como por ejemplo aguacate o nuez. Esto pone fin a una restricción que situaba a la industria española en desventaja frente a otros países europeos.
Introducción de aceites de presión y nueva clasificación en el etiquetado
La norma permite por primera vez la producción y comercialización de aceites de presión, obtenidos mediante procedimientos mecánicos que respetan mejor las propiedades organolépticas del fruto o semilla. Estos productos deberán ser claramente identificados en el etiquetado como “aceite de presión”, diferenciándose así de los “aceites refinados”. En caso de mezclas, también deberá especificarse si alguno de los componentes ha sido refinado.
Se podrán incluir menciones voluntarias en el etiquetado como “alto oleico” o “medio oleico”, siempre que se justifique técnicamente su uso.
Protección de la denominación “virgen” y “virgen extra” para el aceite de oliva
Con el objetivo de mantener la integridad del aceite de oliva, la nueva regulación reserva de forma exclusiva los términos “virgen” y “virgen extra” para el aceite de oliva, en línea con su normativa específica vigente desde el año 2021. Además, se prohíben expresamente las mezclas de aceites vegetales con aceites de oliva, lo que refuerza la transparencia para el consumidor y preserva el valor diferencial del producto.
Nuevos controles analíticos y mayor seguridad para el consumidor
El texto legislativo incorpora nuevos parámetros y métodos de análisis, que permitirán una mejor detección de fraudes y una garantía reforzada de autenticidad y calidad del producto. Con ello, se refuerza la protección del consumidor y se fomenta la confianza en el etiquetado y en la industria transformadora nacional.
Un texto consensuado con el sector
La norma ha sido desarrollada con un alto grado de consenso entre el Ministerio de Agricultura, las comunidades autónomas y los representantes del sector agroalimentario. Este marco renovado sienta las bases para una industria más moderna, competitiva, diversificada y transparente, capaz de responder con mayor agilidad a los cambios del mercado y a las preferencias del consumidor.