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El Reino de Marruecos firmó el pasado 8 de abril un acuerdo estratégico con el Consejo Oleícola Internacional (COI) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) con el objetivo de salvaguardar y promover el uso sostenible de los recursos genéticos del olivo. La firma, realizada electrónicamente, convierte a Marruecos en el segundo país —después de España— en adherirse a este convenio, que respalda el Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (TIRFAA).
El acuerdo fue formalizado por Ahmed El Bouari, representante del Ministerio de Agricultura marroquí; Jaime Lillo, director ejecutivo del COI; y Kent Nnadozie, secretario del TIRFAA. La iniciativa persigue reforzar la biodiversidad oleícola a través del intercambio científico, la conservación activa y la cooperación internacional en investigación.
Con 1,24 millones de hectáreas dedicadas al olivar, Marruecos posee una estructura oleícola de peso tanto a nivel económico como ambiental. El sector genera ingresos anuales por 184 millones de euros en exportaciones, proporciona empleo directo e indirecto y cubre cerca del 25 % de la demanda interna de aceite comestible. Además, el país alberga en Tassaout (región de Marrakech) la segunda colección de germoplasma de olivo más grande del mundo, un recurso vital para la mejora varietal, la adaptación al cambio climático y la innovación agrícola.
Este acuerdo fortalece el papel de Marruecos como miembro fundador del COI y reafirma su compromiso con la sostenibilidad del sector oleícola. Desde el COI se ha acogido con entusiasmo la participación marroquí, valorando el potencial de esta colaboración para impulsar la resiliencia genética del olivo a escala global.