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Asaja Córdoba ha solicitado formalmente a la Consejería de Economía, Hacienda y Fondos Europeos la modificación del Plan de Desarrollo Rural de Andalucía (PDR), actualmente en revisión, con el objetivo de permitir el acceso de los regantes individuales a las ayudas para la modernización del regadío.
La organización valora positivamente el anuncio de la Consejería de Agricultura sobre un nuevo paquete de ayudas dotado con 140 millones de euros para modernizar regadíos, destinado a proyectos que maximicen el uso eficiente del agua. Sin embargo, Asaja considera que es imprescindible que en esta nueva etapa se incluya también a los regantes que hasta ahora han estado excluidos del sistema de ayudas.
Regantes individuales, los grandes olvidados
Los titulares individuales de concesiones de riego mediante tomas directas de cauces regulados, que en la provincia de Córdoba abarcan al menos 7.000 hectáreas, han quedado tradicionalmente al margen de estas líneas de apoyo. Hasta ahora, únicamente las entidades colectivas —como comunidades de regantes o juntas centrales de usuarios— han podido acceder a los fondos para la modernización del regadío.
Asaja sostiene que este enfoque ha provocado una exclusión injustificada de agricultores individuales, incluso en aquellos casos en los que forman parte de una comunidad de regantes. “Todos los regantes deberían tener derecho a mejorar sus explotaciones con ayudas públicas, independientemente de si gestionan el agua de forma colectiva o individual”, subrayan desde la organización.
Un agravio histórico para Córdoba
La modificación del PDR permitiría, según Asaja, empezar a corregir un “agravio histórico” con la provincia de Córdoba. La entidad recuerda que Córdoba, a pesar de ser la que más agua almacena dentro de la cuenca del Guadalquivir (49,55%), es la que menos superficie regada tiene (16,83%) y donde el porcentaje de olivar en regadío es el más bajo (14,39%) pese a ser la segunda provincia en superficie de olivar.
Estas cifras, denuncian, son consecuencia de un respeto escrupuloso a la planificación hidrológica y a la tramitación administrativa, a diferencia de lo ocurrido en otras provincias andaluzas donde el regadío se ha expandido significativamente en los últimos 25 años.
Priorizar inversiones en balsas y microembalses
Además del acceso equitativo a las ayudas, Asaja considera que estas deberían centrarse especialmente en la construcción de balsas y microembalses. “Es fundamental evitar que grandes cantidades de agua se pierdan camino del mar durante las lluvias intensas, como ha sucedido recientemente en marzo”, advierten.
Para ello, la organización reclama facilitar el bombeo directo de aguas de escorrentía hacia estas infraestructuras de almacenamiento, así como la eliminación de las barreras burocráticas que hoy frenan su construcción. En este sentido, critican la inacción de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y las trabas de la Consejería competente en medio ambiente.