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Con apenas 3.000 habitantes, Guadalcanal es un ejemplo de cómo el cooperativismo puede transformar un territorio. Casi el 20% de la población forma parte de la cooperativa, una entidad que ha sabido modernizarse sin perder sus raíces, apostando por la sostenibilidad, la calidad y la participación femenina en los órganos de decisión.
En 2020, su AOVE Guadalimón, elaborado con la variedad autóctona pico-limón, fue reconocido por el Consejo Oleícola Internacional como el mejor oro líquido del mundo. Este hito no solo avala la calidad del producto, sino también el modelo de gestión de la cooperativa.
Liderazgo femenino en el corazón rural
El caso de Manuela Roque es aún poco común: es una de las escasas mujeres al frente de una cooperativa agroalimentaria en España. Comenzó como vocal, asumió la secretaría, y desde 2023 preside el Consejo Rector. Durante su mandato, San Sebastián ha apostado por la digitalización, la diversificación de variedades, la ampliación de la bodega y la incorporación de mujeres en puestos clave.
Ahora, el objetivo es claro: obtener la Denominación de Origen Protegida (DOP) para los aceites de la Sierra Morena Sevillana, un proyecto conjunto con otras cooperativas de la comarca.
Tradición, innovación y sostenibilidad
Una de las singularidades de estos aceites es su método de recolección: completamente manual, debido a la orografía montañosa del olivar. Esta limitación técnica se convierte en un sello de identidad y calidad. La cooperativa produce varias marcas, entre ellas Sierra de Guadalcanal, con variedades como manzanilla y zarzaleña, además de la emblemática pico-limón.
Gracias al apoyo del Grupo de Desarrollo Rural (GDR) Sierra Morena Sevillana y los fondos europeos LEADER, San Sebastián ha mejorado notablemente sus infraestructuras. Entre las inversiones destacan tolvas diferenciadas para aceituna ecológica, nuevas líneas de limpieza, sistemas de automatización y depósitos de acero inoxidable.
El papel clave del desarrollo rural
El GDR se ha consolidado como un aliado estratégico en el desarrollo socioeconómico del territorio. Manuela Roque, que forma parte de su Junta Directiva, destaca el valor de estos grupos: “Son entidades cercanas, que conocen el territorio y que no solo nos apoyan económicamente, sino que nos asesoran, acompañan y forman”.
Este modelo de colaboración público-privada demuestra cómo los fondos europeos bien gestionados pueden traducirse en desarrollo local, fijación de población y generación de empleo.