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El Consejo Oleícola Internacional (COI), ha publicado su informe mensual correspondiente a marzo de 2025. En este análisis se presentan las principales cifras actualizadas del sector, incluyendo datos sobre consumo per cápita, evolución de los precios en origen e intercambios comerciales internacionales.
Bajo consumo per cápita y alto potencial de crecimiento
Uno de los aspectos más relevantes del informe es la persistencia de bajos niveles de consumo per cápita en mercados estratégicos fuera del arco mediterráneo. Japón y Brasil apenas alcanzan los 0,4 kg por persona y campaña, mientras que Estados Unidos y Canadá registran cifras algo superiores, con 1,1 kg y 1,2 kg respectivamente. En el caso de China, el consumo sigue siendo marginal, con un volumen estimado de 53.000 toneladas anuales para una población que supera los 1.400 millones de habitantes.
En conjunto, estos mercados —con más de 2.100 millones de consumidores potenciales— representan una oportunidad de expansión significativa para la industria oleícola, especialmente si se aplican estrategias de sensibilización y promoción cultural del producto.
Europa y el Mediterráneo siguen liderando el consumo per cápita
En contraste, el consumo per cápita en países mediterráneos, tanto miembros como no miembros del COI, continúa siendo elevado. En la campaña 2022/2023, Grecia lideró el ranking con 9,3 kg por persona, seguida de cerca por España (7,5 kg) e Italia (7,4 kg). Otros países europeos como Chipre (3,8 kg) y Portugal (3,7 kg) también superaron el umbral de los 3 kg.
Fuera de la Unión Europea, destacan Albania, con un consumo per cápita de 8,7 kg, y países del Medio Oriente como Marruecos (4,0 kg), Líbano (3,8 kg), Palestina (3,3 kg) e Israel (3,2 kg). Siria, aunque no forma parte del COI, mantiene un consumo estimado de 2,6 kg per cápita, superior al de muchos países importadores.
Fuerte caída de los precios en origen en marzo de 2025
En cuanto a los precios del aceite de oliva virgen extra en origen, los datos correspondientes a la penúltima semana de marzo evidencian una notable caída respecto al mismo periodo del año anterior. En Jaén (España), los precios se situaron en 382,0 euros por cada 100 kilogramos, lo que representa una disminución del 55 %. En Chania (Grecia), el precio alcanzó los 425 euros/100 kg, un 49 % menos que en marzo de 2024. En el caso de Bari (Italia), los precios fueron más estables, con una ligera caída del 4 %, situándose en 930 euros/100 kg.
Esta tendencia a la baja podría estar relacionada con ajustes en la demanda global, exceso de oferta en determinadas regiones y factores económicos como el incremento de los costes logísticos y la volatilidad de los mercados internacionales.
Las importaciones crecen un 1,7 % impulsadas por Asia y Oceanía
Las importaciones de aceite de oliva experimentaron un leve crecimiento del 1,7 % entre octubre de 2024 y enero de 2025, en comparación con el mismo cuatrimestre de la campaña anterior. Este aumento refleja una recuperación del interés por parte de algunos mercados clave, destacándose los incrementos en el volumen de importaciones hacia Australia, Canadá y China.
Aunque la magnitud del crecimiento aún es modesta, apunta a una reactivación del comercio exterior tras varios meses de contracción, y podría consolidarse si las condiciones macroeconómicas se estabilizan.
España y Túnez lideran las exportaciones globales
Durante el periodo analizado, España encabezó el ranking de exportadores, representando el 27,1 % del volumen total exportado. Le siguen Túnez (24,9 %), Italia (19,0 %), Turquía (9,5 %), Portugal (6,9 %) y Argentina (3,7 %). Esta distribución confirma el dominio mediterráneo en la producción y comercialización del aceite de oliva, pero también evidencia la necesidad de diversificar mercados y abrir nuevas vías de comercialización fuera del circuito tradicional europeo y norteafricano.
El reto de llevar el aceite de oliva a nuevos públicos
El informe del COI de marzo de 2025 subraya la dualidad actual del sector oleícola. Mientras que el consumo se mantiene sólido en los países de tradición olivarera, el potencial de crecimiento sigue siendo enorme en regiones donde el producto aún no forma parte del patrón alimentario habitual. A pesar de las recientes caídas en los precios en origen, esta coyuntura podría representar una oportunidad para incrementar la penetración del aceite de oliva en nuevos mercados si se acompaña de campañas educativas, promoción internacional y una estrategia comercial enfocada en la calidad y los beneficios nutricionales del producto.