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Hasta hace poco más de dos décadas, el proceso de selección y clasificación de las aceitunas de mesa se realizaba de forma manual. Pero fue a finales de los años 90 cuando comienzan a llegar al sector olivarero las primeras máquinas que consiguen que este trabajo pueda hacerse de forma automática. Esto supuso una auténtica revolución, tanto a nivel tecnológico como económico, contribuyendo a dotar al sector de un mayor control de la calidad del producto final, junto con un aumento de la eficiencia del proceso industrial y una reducción de costes y también de espacio.
La tecnología introducida en este proceso ha contribuido a facilitar pasos, como la eliminación previa del pedúnculo del fruto en máquinas desrabadoras automáticas, o el escogido de las aceitunas en cintas transportadoras, donde se separan las que no llegan con calidad óptima y las que son aptas para el consumo se clasifican por tamaños.
Asimismo, este modo de selección ha contribuido a reducir los esfuerzos que antes realizaba el personal encargado, así como a mermar también los costes aplicados a este proceso. Cabe recordar que las primeras máquinas que aparecieron para esta labor utilizaban tecnología electrónica analógica, que obligaba a utilizar cámaras de tubo para la visión, pero éstas tenían problemas de derivas térmicas.
Sin embargo, los nuevos avances tecnológicos y la incorporación de la electrónica digital, con visión por rayos X han permitido desarrollar máquinas escogedoras de aceitunas contribuyendo a una mejora notablemente los resultados.
Puede leer el reportaje completo en el número 169 de OLEO Revista.