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Oleo Digital.- El presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE), Andrés del Campo, abogó hoy en Huesca por aumentar la capacidad actual de los embalses españoles en más de un 30%, desde los 53.000 hasta los 70.000 hectómetros cúbicos, para hacer frente al posible cambio climático.
Del Campo advirtió que, de producirse un cambio climático, éste podría causar "impactos de gran trascendencia" sobre la vegetación y su entorno, especialmente en la región mediterránea. Entre ellos, destaca el aumento de la temperatura de la superficie terrestre en una media anual de dos grados centígrados y la disminución de las precipitaciones entre el 25% y el 35% en España, con el consiguiente aumento de las plagas y enfermedades sobre los cultivos y su repercusión sobre la disponibilidad de agua para regadíos, respectivamente.
Y es que, según las previsiones de la Asociación España-FAO, el aumento de la temperatura del planeta y la escasez de lluvias provocará que las necesidades de agua para los cultivos suban entre un 7 y un 8% en España, lo que agravará a su vez los periodos de sequía, propiciando el aumento de la salinidad del suelo y la pérdida de tierras fértiles, con una media de entre 50 y 400 kilos menos de humus por hectárea al año.
Con este panorama, y con objeto de tener el agua garantizada frente a posibles periodos de escasez, el presidente de la Federación de Regantes calificó de prioritario abordar la construcción de obras de regulación y trasvases intercuencas, así como modernizar los regadíos y recargar los acuíferos subterráneos mediante aportes de aguas superficiales durante las épocas de lluvia.
Así, Andrés del Campo defendió la utilización "conjunta" de aguas superficiales y subterráneas, ya que la capacidad de almacenamiento de un acuífero puede aprovecharse mejor si se hace más uso de los embalses superficiales o de los caudales de los ríos en los períodos húmedos y, por el contrario, se bombea más agua de los acuíferos en períodos secos.
Asimismo, destacó como fundamental, mejorar la gestión y conservación de los recursos hídricos, para lo cual propone: la modelización de la gestión de estos recursos en cuanto a cuencas hidrográficas; la adecuación de los sistemas de producción al cambio climático; el aumento del uso de agua desalada y depurada; la sustitución de sistemas de riego por aspersión por riego localizado; la mejora de la utilización de la energía en los sistemas de riego y el empleo de nuevas tecnologías de gestión de la distribución del agua hasta la parcela a regar.