Hay 30 millones de olivos por salvar en Italia que han sido abandonados por el cambio climático y la explosión de costes que también ponen en peligro la supervivencia de ese patrimonio de biodiversidad e historia que representan los árboles milenarios. Esta es la alarma lanzada por Coldiretti y Unaprol - Consorzio Olivicolo Italiano con motivo de la cosecha del olivo centenario Albero Bello de Villa Adriana en Tivoli que dio vida al aceite del emperador Adriano confirmando un antiguo vínculo entre Italia y uno de los principales alimentos de la Dieta Mediterránea.

La civilización romana -señalan Coldiretti y Unaprol- fue la que más que ninguna otra contribuyó a la difusión del olivo ya la mejora de las relativas técnicas de cultivo y extracción. El aceite se convirtió en una de las principales riquezas de los romanos que conocían tan bien el producto que desarrollaron técnicas y herramientas que se mantuvieron casi inalterables hasta el siglo XIX y, en primer lugar, clasificaron los aceites en función de sus características organolépticas. Marco Porzio Catone (234-149 a.C.) y Marco Terenzio Varrone (116-27 a. C.) escribieron las primeras "normas de producción" de aceitunas, esbozando los fundamentos teóricos y técnicos que aún forman la base de la producción de aceites de oliva de calidad. abanico de olores, aromas, matices sensoriales y grados de intensidad.

Una cultura preservada a lo largo de los siglos que - subrayan Coldiretti y Unaprol - ha llevado hoy a Italia a ser la reina de los premios a la calidad en Europa con su patrimonio de 42 DOP y 7 de aceite de oliva IGP, equivalentes al 40% de las certificaciones de la UE, mientras que España y Grecia persigue a nuestro país a la distancia con solo 29 premios. Más de la mitad de la producción nacional de aceites DOP e IGP se exporta - explican Coldiretti y Unaprol - con el valor del comercio aumentado más del 55% en los últimos cinco años, pasando de 40 a 62 millones de euros.

Sin embargo, el 20% del patrimonio nacional de 150 millones de olivos en Italia se encuentra en estado de abandono -explican Coldiretti y Unaprol- por los efectos de la guerra en Ucrania y las tensiones internacionales que dificultan las inversiones en olivicultura. Con la explosión de costes incrementada hasta en un 200% para las fincas olivareras -señalan Coldiretti y Unaprol-, casi 1 de cada 10 (9%) trabaja a pérdida y corre riesgo de cierre, según datos de Crea.

Para la temporada de aceitunas que acaba de comenzar, las primeras estimaciones hablan de un colapso en la producción nacional de aceitunas con las familias de los Belpaese teniendo que decir adiós a casi 1 botella de cada 3 de aceite de oliva virgen extra Made in Italy. Sobre la producción nacional, con un descenso del 30%, pesó una devastadora sequía nunca vista en los últimos 70 años que puso al olivar en estrés hídrico, dañando primero la floración y luego las yemas, especialmente en aquellas zonas donde se encontraba. No es posible intervenir con riego de emergencia para saciar la sed y refrescar las plantas. Pero varias empresas han decidido no intervenir debido a los altos costos de combustible, electricidad, servicio y productos para apoyar la nutrición de la tierra. Guarde la calidad, con Italia que puede presumir de la herencia de variedades de aceites más rica del mundo.