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El sector agrario se enfrenta a un reto sin precedentes: los efectos del cambio climático en la producción de materias primas. Según un estudio elaborado por McKinsey, el cambio climático afectará a 8 de cada 10 pequeños agricultores y agricultoras y contribuirá a reducir la tierra cultivable. Un dato especialmente relevante si tenemos en cuenta que la demanda de este tipo de explotaciones se prevé que aumente en un 60% de cara a 2050.
La tecnología como aliada para la sostenibilidad y la competitividad
Para mitigar los efectos del cambio climático en la actividad productiva y económica del sector agrícola, expertos como el Hub de Innovación Digital DATAlife recomiendan una apuesta firme por la tecnología, algo que “puede ser la palanca que ayude al campo a mejorar sus credenciales medioambientales sin perder competitividad”.
Fenómenos como la sequía o las altas temperaturas han impulsado a profesionales de la agricultura, la ganadería o la pesca a dar una oportunidad a la tecnología como recurso no sólo para plantar cara a estos retos, sino también para lograr un sistema resiliente. Según la encuesta “Observatorio para la Digitalización del Sector Agroalimentario”, el 19% de las personas dedicadas a la agricultura en España hace uso de herramientas digitales para el control hídrico de sus explotaciones, mientras que un 8% recurre a este tipo de herramientas para alertar de la presencia de plagas y enfermedades y un 7,7% para la determinación de un plan de fertilización.
Lucía Castro, gerente de DATAlife, hace énfasis en “la necesidad de apoyarse en una producción y gestión de bio-recursos y materias primas más sostenibles, a partir de una estrategia basada en datos”.
Beneficios de la digitalización en el sector agrario
La adopción de tecnologías basadas en datos en el sector agrario puede aportar numerosos beneficios, entre los que destacan:
DATAlife: Un aliado para la transición ecológica y tecnológica
Hubs como DATAlife actúan como ventanillas únicas de acceso a servicios especializados de carácter tecnológico, formativo y de desarrollo de negocio para el sector agrario. Su papel es el de facilitar la transición ecológica y tecnológica en este ámbito y brindar a las empresas los recursos necesarios para hacer frente a las consecuencias del cambio climático.