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Más de 1.200 agricultores y 5.000 hectáreas de diferentes cultivos, donde predomina la aceituna de mesa, están preocupados por la situación precaria en la que se encuentra su sistema de riego. Por ello, UPA-Andalucía, la Asociación de Regantes de Andalucía (Areda), los alcaldes de Humilladero, Mollina y Fuente de Piedra y las cooperativas de la zona, en la provincia de Málaga, se han unido en una reivindicación histórica: “solucionar, de una vez por todas, los problemas”, con unos expedientes sin resolver desde hace más de 20 años, señalan desde UPA.
Para ello, han presentado alegaciones a la revisión del Plan Hidrológico de la Cuenca Mediterránea Andaluza en las que reclaman la ordenación y consolidación de los regadíos de Fuente de Piedra, donde se tenga en cuenta el estudio sectorializado del acuífero, por un lado, y la laguna por otro, además de que el balance de recursos de la laguna Fuente de Piedra se auxilie mediante la interconexión con el río Genil. Todo ello con el objetivo de garantizar el desarrollo económico de la zona norte de Málaga. Con carácter general, “se solicita la actualización de los títulos concesionales para toda la Cuenca, adaptándolos a la realidad, la modernización del 100% de los sistemas de riego, la reutilización de las aguas regeneradas destinándolas en su totalidad al regadío y la interconexión de sistemas”.
El secretario general de UPA-Andalucía, Agustín Rodríguez, ha explicado, que “el regadío en nuestra región es absolutamente imprescindible para el desarrollo económico, porque genera más del 65% de la producción final agraria y el 70% del empleo agrario, exportándose todo tipo de productos a más de 50 países”. Con estos datos, añade, “desde UPA entendemos que se debe hacer una planificación hidrológica acorde con el siglo XXI, enterrando definitivamente un modelo basado en títulos concesionales de hace más de 50 años”.
En el caso de Fuente de Piedra, para UPA y Areda “es absolutamente imprescindible la utilización del recurso en equilibrio con el entorno, pero en beneficio del desarrollo económico de la zona”. Añaden que “no puede ser que la solución sea mirar para otro lado durante 20 años. Ha llegado la hora de revisar el balance del acuífero, pero analizándolo de forma separada porque no tiene que ver con la laguna propiamente dicha, que se carga con las aguas de lluvia. No se puede pretender lo que quieren algunos, que es alterar el estado natural de la laguna para que no se seque cuando biológicamente llega el momento, que es en verano”.
Por su parte, el miembro de la junta directiva de AREDA, Juan Ramón Bernal, afirma, “defendemos los intereses generales de nuestra comarca. Tenemos expedientes de pozos que no están resueltos desde hace 20 años. No se puede mantener esta situación de precariedad durante tanto tiempo, por lo que queremos regularizarlo. Representamos 5.000 hectáreas de riego, sobre todo de aceituna de mesa, con una producción en campaña normal de entre 40 y 50 millones de kilos y unas 135.000 peonadas entre finales de septiembre y octubre, en una época que no hay otras alternativas. Y si no hay agua es imposible mantener esto, por lo que estamos convencidos de que es compatible el desarrollo sostenible de la laguna con la actividad agraria”.