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La superficie de cultivo de agricultura ecológica, también denominada orgánica, en nuestro país se ha cuadriplicado entre los años 1999 y 2010, y somos el país con mayor superficie dedicada a este tipo de producción de toda la Unión Europea. A pesar de ello, la demanda de este tipo de productos no se ha incrementado del mismo modo. Los alimentos orgánicos tienen una cuota de mercado del 1%, cifra muy alejada de la de otros países europeos como Dinamarca, Austria y Suiza; y más del 70% de la producción ecológica de España se exporta.
A partir de ello, la Universidad de Jaén (UJA) ha indagado qué hace que un producto con este tipo de etiquetado triunfe en el mercado, a partir del estudio de caso del aceite de oliva, entre cuyas conclusiones figuran que el etiquetado favorece más a aquellos productos que no están considerados como de alta calidad.
En este sentido, en productos altamente valorados como en este caso, las connotaciones positivas de la palabra “orgánico” no aportan ningún interés extra al consumidor “El atributo orgánico evoca a los consumidores calidad o superioridad. En este sentido, hemos observado que en la medida en que el producto convencional se considera bueno, el plus que añade el hecho de que sea ecológico es menor”, explica Manuela Vega-Zamora, autora principal del estudio publicado en la revista Agriculture e investigadora de la UJA. “Se trata de un alimento icónico en España. Por tanto, es menos valorado este atributo ecológico porque los consumidores consideran que su procesamiento es sofisticado y que ya tiene una identidad”, añade la investigadora.
Según el reglamento sobre producción y etiquetado de los productos ecológicos, este tipo de producción es un sistema general de gestión agrícola y que combina las mejores prácticas ambientales, un elevado nivel de biodiversidad, la preservación de recursos naturales, la aplicación de normas exigentes sobre bienestar animal y una producción conforme a las preferencias de determinados consumidores por productos obtenidos a partir de sustancias y procesos naturales. “Aunque algunos trabajos apuntan que los alimentos ecológicos son más saludables, esta característica no está demostrada científicamente, o al menos, no hay consenso en la literatura sobre ello. Sin embargo, en lo que sí hay consenso es en que son alimentos producidos de forma respetuosa con el medio ambiente”, asegura.